domingo, 21 de febrero de 2010

THE SECRET OF KELLS, O EL LIBRO FRENTE A LAS TINIEBLAS



Desconozco la repercusión que esta película ha tenido en España, supongo que nula. Lo que es en Irlanda ha pasado igualmente sin pena ni gloria. Qué gran injusticia.
Me he enterado eso sí, hace poco, que ha sido seleccionada para competir por el Oscar, lo cual, la verdad, indica que siempre hay justos en Sodoma, y que alguien, por allá por California, aún debe de tener algo de espíritu crítico y sobre todo buen gusto.

La película en cuestión nos narra las vicisitudes y aventuras de un chico irlandes que vive en un monasterio, con su tío el abad, en tiempos de las invasiones vikingas. En general todo esta contado de una forma desenfadada y caricaturesca que nos hace, o al menos si fuera niño lo haría, identificarnos con casi todos los personajes que aparecen al principio de la película. Y es que todos son bienintencionados y afables, por lo que tienen rostros y nombres propios. El hermano Sergei, Leonardo, Aidan, y como no el gato Pangur Bán. Mientras que los enemigos no tienen rostro, y son tan solo una masa impersonal cuyo único objetivo es saquear y destruir lo que a ellos, los monjes irlandeses, tanto esfuerzo les ha costado.

El guión es magnífico. Y cuenta la historia de Brendan, y su aprendizaje mediante los contactos que mantiene con sus maestros cristianos, el hermano Aidan de Kells, y paganos, el hada Ashley. Tradiciones nuevas y viejas se funden así en la educación del joven, como hicieron en la Irlanda de la época paganismo y cristianismo forjando su cultura e identidad actual. Brendan tendrá que luchar contra los elementos para lograr su objetivo, que es salvar el Libro de Kells de la rapiña de los nórdicos. El libro que es capaz de transformar las tinieblas en luz. Así la cultura es capaz de iluminar por allá donde pasa. En un periodo de oscuridad, y estando Europa sumida en el caos ante los ataques nórdicos, donde la fragmentación política solo fue el primer paso del empobrecimiento cultural, y de la crisis total, los libros aún escondían entre sus páginas el saber ancestral que permitiría a la humanidad seguir hacia adelante. Y esos libros estaban en peligro ante los ataques vikingos, que tenían entre los monasterios sus objetivos predilectos. Solo Irlanda había estado, por su condición periférica e insular, a salvo de las primeras oleadas bárbaras de los siglo V y VI, por lo que fueron ellos los que guardaron el testigo de la cultura que en el Imperio Romano languidecía. Ahora que la situación, en el siglo IX se repetía (segundas invasiones) Irlanda no tendría tanta suerte. Así, los irlandeses, verdaderos ilustrados altomedievales, guardaron celosamente su saber frente al caos, aquel saber que guardaban en los libros, que copiaban y transmitían con arrojo. Entre ellos, el Libro de Kells, el que ilumina las tinieblas.

Para lograr su objetivo, el joven Brendan contará con la ayuda del hada Ashley, que habita por los bosques que rodean el monasterio. Es curiosa la alianza pagano-cristiana, que se nos muestra además como algo natural. El hecho de que Ashley ayude al joven monje y de que él siempre la tenga en su memoria, a pesar de lo que su religión diga de que las hadas o no existen o que son demonios, es algo que me llamó la atención desde el principio, y que nos hace pensar que el cristianismo en Irlanda asumió de una manera armoniosa y fácil, todas las tradiciones previas, así el paganismo campa a sus anchas por entre los evangelios y ritos varios, pues lo cristiano es una evolución, no una ruptura. Y así ambas tradiciones son caras, aún hoy, de la misma moneda que representa el orbe céltico-irlandés.

Que es para niños, por supuesto, aunque a mí, como adulto no solo me ha hecho pensar, sino disfrutar como lo hubiera hecho si estuviera en mi infancia. A nivel estético es impactante. Sin los pomposos artificios de las películas de animación americanas, aquí vemos un decorado de corte céltico, con trisqueles y entrelazados en movimiento que ascienden y envuelven toda la trama dotándola de una magia singular, mientras la música crea una atmósfera de ensueño, casi fantasmagórica. Es especialmente inolvidable el tema Pangur Bán, que Ashley canta al gato blanco de Aidan. Por cierto, anda por internet la traducción del gaélico al inglés del poema Pangur Bán, escrito en el siglo VIII, y que habla de un monje irlandés y de su gato, leedlo y entenderéis muchas cosas.


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