domingo, 10 de octubre de 2010

SIETE MISIONEROS


Nos encontramos ante un cómic absolutamente recomendable, que nos acerca al mundo altomedieval de la mano del guionista francés Alain Ayroles, y del genial dibujante italiano Luigi Critone. El resultado: cómic europeo de calidad, muy visual y ameno, muy por encima de cualquiera de los productos que nos llegan de EE.UU que desde mi punto de vista son poco imaginativos y con un dibujo muchas veces más que mediocre.

“Siete misioneros” forma parte de una colección de siete comics dedicados a un colectivo de personas en particular, así “Siete guerreras” nos narra la historia de siete mujeres sármatas involucradas en las luchas entre bizantinos y persas durante el siglo VI, mientras que “Siete psicópatas” nos pone en la piel de un oficial británico que reúne a siete lunáticos, a quienes saca de prisión, para lanzarles sobre Alemania con el objetivo de asesinar a Hitler. En general es una colección más que aceptable, en donde diferentes guionistas y dibujantes europeos nos trasladan a distintas épocas y situaciones históricas concretas.

El que a nosotros nos ocupa es, en mi opinión, el mejor de la colección, a parte de que el tema elegido sea fascinante y trate además una época histórica que cuadra perfectamente en la temática de este blog. Es precisamente el punto de vista historiográfico una de las facetas que más llama mi atención en este cómic. La trama transcurre durante las guerras vikingas irlandesas, que enfrentaron a los piratas nórdicos con los caudillos y reyezuelos celtas, ya cristianos, que habitaban Irlanda. Si bien el argumento no se ciñe a ningún episodio histórico concreto, y no se citan nombres de reyes o abades reales, el momento que describe bien puede corresponder a las primeras décadas de la invasión vikinga, cuando los irlandeses estaban aún desconcertados, aunque empezaban a comprender que la única posibilidad que tenían de sobrevivir a la furia de los hombres del norte era no plantarles cara con la espada sino con la cruz, enviándoles misioneros y no soldados.


Así se nos narra la aventura de siete monjes irlandeses que parten hacia el norte, hacia el foco mismo de donde parten los ataques, para cristianizar a los vikingos. La gran originalidad de la historia reside en que los enviados al norte no destacan precisamente por sus virtudes. Es más, los abades de Irlanda, astutamente, deciden enviar a los peores pecadores de la isla para, de alguna manera, corromper a una sociedad que si bien era salvaje y bárbara, era a la vez mucho más pura y honesta que la suya. Introducen así pues la envidia, la avaricia y la traición de la mano de siete monjes mezquinos, en la sociedad vikinga.

En cuanto a los pequeños detalles históricos, como el vestuario o la representación de los monasterios, los barcos, el armamento etc. es absolutamente fiel, lo cual denota una gran labor de documentación por parte de los autores.

Qué gran manera de acercarse a un periodo histórico apenas tratado por la historiografía contemporánea, y absolutamente vilipendiado por cualquiera de las disciplinas artísticas actuales, sobre todo el cine. Tan solo la novela y algunos géneros concretos de música han tocado este momento tan apasionante. Y ahora el cómic. “Siete misioneros”, calidad artística y además apto para historiadores.