sábado, 20 de febrero de 2010

HISTORIA ÉPICA DE RUSIA (I)



Mi interés por la Historia de Rusia viene ya de largo, aunque ahora que me he puesto manos a la obra, recopilando fuentes aquí y allá me he dado cuenta de varias cosas. Lo más destacable es la absoluta escasez de fuentes y de libros referidos a Rusia desde los orígenes hasta el siglo XVI, en castellano. Lo cual demuestra el absoluto desinterés por parte de los historiadores españoles hacia este periodo, y por lo tanto de la gente en general. La cosa es diferente cuando hablamos de la Rusia Moderna; los imperios de Pedro y Catalina, y por su puesto si nos referimos al orbe contemporáneo, desde Alejandro I hasta el colapso de la URSS.

¿A quien no le interesan las victorias de este pueblo sobre Napoleón?, por ejemplo, o ¿qué decir de la actuación de Stalin durante la Segunda Guerra Mundial? La verdad es que todos hemos leído novelas sobre esos temas, lo hemos estudiado en el colegio, y hemos visto cientos de películas de todas las nacionalidades posibles. Sin embargo, si hablamos del periodo medieval la cosa cambia. Nadie sabe nada sobre los Rus, sobre el surgimiento y desarrollo del estado de Kiev, o sobre el principado de Moscovia. A nadie le interesa la agónica lucha de estos eslavos fronterizos por su supervivencia, su pugna constante frente a bizantinos, europeos del oeste o musulmanes, sean persas o tártaros de la estepa, por citar solo a algunos, y su necesidad tanto de crear un estado fuerte y estable, como de expandirse más allá de sus fronteras. Crear un imperio o perecer.

Mi interés por la historia de Rusia empezó en mi infancia, a fuerza de leer libros como Miguel Strogoff y de ver películas como Taras Bulba, aunque fue en mi adolescencia cuando mi interés se acrecentó, una vez leí la novela Rusos de Edward Rutherford, que en aquel momento era lo poco en castellano que había sobre el mundo ruso medieval, y me fascinó. Cierto es que el autor anglo-irlandés dedica tres cuartas partes de su novela al mundo contemporáneo, pero los cuentos sobre el Rus de Kiev o la conquista de Kazán en tiempos de Iván IV no tienen desperdicio. A día de hoy, ya digo, puesto a recopilar fuentes para mi proyecto sobre Historia Épica de Rusia me encuentro con el problema antes comentado, y es que el ámbito contemporáneo sigue siendo el niño bonito de la Historiografía, y esto lo observamos en las publicaciones que aparecen cada mes en los escaparates de las librerías, en las nuevas apuestas hollywoodienses – Enemy At The Gates o K19 The Widowmaker por citar un par de ellas de tema ruso – e incluso en los planes de estudio de nuestro sistema educativo, en donde la Historia Antigua y Medieval se despachan de mala manera, y encima se da principalmente en los dos primeros años de la ESO, en donde los chavales no llegan a los 14, que cuando quieran ir a la universidad todo recuerdo de Historia Medieval será casi un mal sueño infantil. Además hablamos de una Historia Medieval centrada exclusivamente en occidente, que el estudio de Europa oriental no se reserva ni para la facultad, tan decepcionante, y que lo único para lo que a mí me sirvió fue para convencerme de que lo mejor era tirar por el camino de la autodidáctica.

Cierto es que estoy solo empezando a recopilar. Por lo que estoy seguro de aparecerán más monografías por los sitios más insospechados. Mayor va a ser el problema de las fuentes primarias, pues la mayoría están en ruso, idioma que ignoro, aunque algunas están traducidas por suerte al inglés. ¿Quién se encargará en España de traducir este tipo de fuentes, sean rusas, japonesas o maoríes al castellano? Porque en inglés hay de todo, pero lo que es en nuestra lengua...En cuanto a las fuentes no rusas, están las árabes y las judías, traducidas muchas también al inglés, y las sagas nórdicas, siendo estas últimas objeto absoluto de mi adoración, por informativas y jugosas, y por entretenidas.

En cuanto a las monografías y fuentes secundarias, estoy trabajando exclusivamente con libros en inglés. Por ahora con Peter Turchin, y el ex profesor de Oxford y absoluta eminencia en la materia Philip Longworth. Si hablamos de bibliografía en castellano, seguro que la habrá muy interesante, tengo fe en ello, aunque por ahora todo lo que he encontrado son vagas - y a veces incorrectas - referencias en manuales generales y monografías traducidas de autores extranjeros, ninguna posterior a 1972. Qué triste.

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